Después de una semana agitada (por la mudanza propiamente dicha, por el desorden posterior a la mudanza, por la suciedad que toda obra genera, por un imperfecto en la computadora, etc.) vuelve el Boletín.

Dentro de todo, podemos decir que sobrevivimos. Por supuesto, la lucha continúa, el desorden y la suciedad de la obra no se fueron, pero, como dicen nuestros sabios, gam zu letová - esto también es para bien.

Al respecto, encontramos en el Talmud dos expresiones parecidas: esto también es para bien y col deavid rajmana, letav avid - todo lo que hace Di-s, es para bien.

A pesar de sonar parecidas, son muy diferentes. Sin entrar en toda la prolongada explicación, la diferencia fundamental es que según la expresión gam..., hay una ocurrencia negativa a la cual debemos encontrarle el bien subyacente, pero la ocurrencia es negativa. Mientras que según la expresión col deavid rajmana..., no hay cosas negativas, sino sólo positivas, es decir, es un nivel de percepción de la realidad tal, en la cual sólo hay buenas ocurrencias en la vida.

Al respecto del Beit Jabad en construcción, alguien me mencionó que el estado del lugar es tal, que si trajésemos unos carritos podríamos tener un tren fantasma funcionando...

Pero, como mencionamos anteriormente, todo es para bien (o es bueno en sí mismo). Si de la mudanza se trata, la dificultad sirve para fortalecer los vínculos familiares, llegar a nuevos niveles de paciencia y aprender a vivir un poco más austeramente (porque todo lo que uno tiene está empacado en cajas y bolsas). Y si del Beit Jabad se trata, el estado en el que está sirve para aprender a valorar lo que uno tiene y para entender que, en realidad, lo que importa es lo que se hace, es decir, el rezo, las Mitzvot y los actos de bondad, y no necesariamente si el lugar donde uno reza.

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