"Ama a tu prójimo como a ti mismo" - Vaikrá 19:18.

Quizás no hay nada más perjudicial para el pueblo judío que la idea moderna de que el judaísmo es una religión. No somos una religión; somos una única alma que ilumina muchos cuerpos, haciéndolos una única unidad.

Un cuerpo sano es uno donde sus diferentes partes trabajan en armonía. Un pueblo judío sano es una gran familia donde cada individuo ama al otro como a sí mismo. Cuando uno está pasando por momentos difíciles y los otros ayudan. Cuando uno encuentra buena fortuna y los otros celebran.

Amor por quien está más cerca tuyo nutre el amor por la familia extendida de la humanidad y, de ahí en adelante, amor por todas las criaturas de Di-s. Pero si el amor no empieza en casa: ¿de dónde va a venir?

En la práctica...
1. Comienza todas las mañanas diciendo "Acepto sobre mi el precepto de amar a mi prójimo como a mi mismo".
2. Sigue la regla de Hilel: "Lo que no te gusta que te hagan, no hagas a los otros"
3. Habla solamente buenas cosas sobre tus prójimos. No escuches algo malo a menos que un verdadero beneficio se derive de la conversación.
4. Cuida las posesiones y propiedades de tu prójimo como si fuesen las propias.
5. Siempre está atento a la oportunidad de hacer un favor a otro.

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