La oscuridad, sin importar cuán siniestra o temerosa, no es una entidad en sí misma o una fuerza, es apenas la ausencia de luz. La luz no tiene que luchar y sobreponerse contra la oscuridad para disiparla; donde hay luz, no hay oscuridad. Un poco de luz iluminará todo un cuarto.

Lo mismo se puede decir del bien y el mal: el mal no es una entidad en sí misma o una fuerza, sino que es la mera ausencia o el ocultamiento del bien. Uno no necesita "derrotar" al mal del mundo, sino sólo sacar a la luz la bondad que en él habita.

Etiquetas:

2 comentarios en «Bien y Mal»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

dieciocho − uno =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.