En este capítulo el Alter Rebe menciona dos reglas fundamentales para todo “Hombre intermedio”.

1) El cerebro gobierna al corazón.

Lo principal es gobernar sobre el corazón a través del cerebro. Esto se hace despertando temor a Hashem para cumplir todas las Mitzvot prohibitivas y amor a Hashem para cumplir las Mitzvot positivas. Esto se logra a través de pensar en la grandeza de Hashem. Esto, puesto en palabras simples, significa tener el control de las “Vestimentas” del alma (pensamiento, palabra y acción) en todo momento.

Sin embargo, no todo el mundo llega a sentir amor a Hashem. Sentir amor es como cuando el corazón late más fuerte porque estamos excitados, por ejemplo, porque recibiremos un regalo muy especial por el cual estábamos esperando por mucho tiempo. Tanto pensamos sobre el regalo, que, justo antes de recibirlo, estamos muy ansiosos por tenerlo en nuestras manos y disfrutarlo. Lo mismo debería sentir el “Hombre intermedio” después de pensar mucho en Hashem. Pero no todos logran sentir ese amor… entonces, el Alter Rebe da la segunda regla:

2) El “Pensamiento del corazón”.

Es como pensar en cómo deberíamos sentir hacia Hashem. Aún si no podemos despertar un sentimiento de temor y amor a Hashem en nuestro corazón, podemos, al menos, pensar en Hashem. Por ejemplo, podemos pensar en cómo Él es increíblemente grande y poderoso, y toda la creación es insignificante frente a Él, por eso, si fuésemos a desear algo, ¡debería ser Hashem! ¡Lo más grande que hay! O podemos pensar en que Hashem nos dio la Torá y las Mitzvot porque nos quiere mucho y quiere que estemos cerca de Él.

Siendo así, es correcto y apropiado abrazar a Hashem cumpliendo Sus Mitzvot y estudiando Torá. Aunque no hay un sentimiento de amor en el corazón, este pensamiento es un tipo de amor a Hashem, porque inspira al “Hombre intermedio” a cumplir Mitzvot, igual que el amor a Hashem revelado y sentido en el corazón. Este nivel de amor a Hashem se llama el “Pensamiento del corazón” (tvuná), es un amor pensado, no sentido.

El Alter Rebe explica que las Mitzvot son como palomas que vuelan. Una paloma, para poder volar, necesita alas. La paloma representa la acción de la Mitzvá, como ponerse tefilín, por ejemplo. Las alas de la paloma son el sentimiento de amor y temor a Hashem que nos llevó a hacer la Mitzvá.

Cuando el “Hombre intermedio” hace una Mitzvá con amor y temor sentido en el corazón, la Mitzvá vuela y sube hasta Hashem. El Alter Rebe explica que aún si la Mitzvá fue hecha con el amor y temor pensado, también se eleva, porque ese pensamiento fue lo que motivó al “Hombre intermedio” a cumplir la Mitzvá.

Pero hay un problema: el Alter Rebe ya explicó en los capítulos 3 y 4 que existe un orden en el alma y sus “Vestimentas”. Primero viene el pensamiento en el cerebro, luego el sentimiento en el corazón y, más tarde, la acción. Esto significa que cada pensamiento, para llegar a la acción, debe pasar por el sentimiento en el corazón. Los pensamientos en el cerebro no están tan “cerca” de la acción como el sentimiento. O sea, el cerebro no está directamente conectado a la acción, entre ellos está el corazón. Entonces, por más que pensemos mucho en que es apropiado servir a Hashem, ¿cómo es que ese pensamiento logra que cumplamos Mitzvot con entusiasmo aún sin sentir amor a Hashem en el corazón?

En otras palabras, el Alter Rebe está diciendo que el “Pensamiento del corazón” funciona igual que una emoción en el corazón, para volverse “alas de la paloma”, o sea, para elevar la Mitzvá a Hashem, como si esa Mitzvá hubiese sido hecha con amor y temor a Hashem verdaderos, los que surgen del corazón, pero, el cerebro (donde está el “Pensamiento del corazón”) está muy lejos de la acción… ¡Los sentimientos son los que llevan a hacer algo con entusiasmo, no los pensamientos!

Para solucionar este problema, el Alter Rebe cita lo que dicen nuestros sabios1: “un buen pensamiento”, que se refiere al amor a Hashem de tipo “Pensamiento del corazón”, “Hashem lo une a la acción” de las Mitzvot. Por eso las Mitzvot hechas con amor a Hashem de tipo “Pensamiento del corazón” también se elevan.

Este nivel de amor a Hashem se llama un “buen pensamiento” porque no es amor y temor a Hashem sentidos en el corazón, sino solamente pensados. En realidad, este “buen pensamiento” ayuda a elevar las Mitzvot más alto de lo que se elevarían por sí mismas. El Alter Rebe dice que todo judío tiene un “Amor oculto” por Hashem en su alma (explicado a partir del capítulo 18). Ese “Amor oculto” también hace volar a las Mitzvot, pero más bajo.

1Talmud Kidushín 40a

1 comentario en «Capítulo 16»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

uno × dos =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.