El Alter Rebe continúa con el paréntesis comenzado en el capítulo anterior, profundizando en el significado de la unicidad de Hashem y en los mecanismos de la contracción.
Nuestros sabios dicen1 que Hashem pensó en crear el mundo con Su “Cualidad” de Justicia, pero vio que el mundo no se sostendría y le asoció Su “Cualidad” de Misericordia. Debemos saber que las palabras Justicia, Poder, contracción, “Recipientes” y letras (din, guevurá, tzimtzum, kelim y otiot en hebreo) representan una misma idea, mientras que la palabra Misericordia está asociada a la Bondad (rajamím y jesed).
Esta frase de nuestros sabios es una forma más de demostrar que la contracción (tzimtzum) es una entidad en sí misma separada de la “Luz”2, al punto tal que Hashem pensó en crear el mundo sólo con esa cualidad.
Ahora bien, si la “Cualidad” de Justicia se refiere a las letras de la creación, entonces, la “Cualidad” de Misericordia se refiere a la “Luz”. Sólo que esa “Luz” está oculta en la creación por causa de la contracción3. Entonces, ¿Qué quisieron decir nuestros sabios cuando afirmaron que Hashem asoció Misericordia o “Luz” a la creación? Suena como algo concreto que se puede ver y está mezclado en la creación misma y no como algo oculto como aprendimos hasta aquí…
El Alter Rebe explica que la “Luz” asociada a la creación se refiere a los milagros que los Justos (tzadikím) realizan y a las maravillas que aparecen en la Torá. Milagros y maravillas significan que pasó algo sobrenatural, como la apertura del Mar de Juncos.
En otras palabras, la contracción no quita la “Luz infinita” de la creación, sino que solamente la oculta. Esa “Luz infinita” está siempre presente, desde el primer momento de la creación, y está en las letras mismas del relato de la creación que crean y dan vida a todo el universo. Los Justos son capaces de revelar esa “Luz”, así generando eventos sobrenaturales.
Después de explicar esta frase de nuestros sabios4, el Alter Rebe explica el nivel de la profecía de Moshé: ¿Por qué se detiene en este asunto? Porque de acuerdo a todo lo dicho hasta aquí surge una cuestión: nosotros, que somos personas comunes (y no Justos), no somos capaces de percibir la “Luz infinita” de Hashem en la creación porque, como el Alter Rebe explicó en el capítulo 3, no les fue dado permiso a nuestros ojos para ver. Pero Moshé, que estaba en un nivel espiritual mucho más elevado que el nuestro, sí podía ver la “Luz infinita” de Hashem en la creación.
Siendo así, volvemos al tema de la observancia de Torá y Mitzvot5: Moshé no percibía un universo “mundano” que debe ser santificado revelando la presencia de Hashem, ¡Moshé percibía la presencia de Hashem en cada cosa del mundo! ¿Para qué le servía, entonces, cumplir Torá y Mitzvot?
Para explicar esto, el Alter Rebe dice que Moshé tampoco podía ver la presencia de Hashem en este mundo. Su profecía le permitía ver las cualidades de Bondad y Severidad del mundo de Emanación, investidas en las cualidades de Victoria, Resplandor y Fundamento del mundo de Creación (netzaj, hod y iesod del mundo de briá)6.
¡Qué frase! Esto quiere decir, en otras palabras, que Moshé también veía al mundo como una entidad creada por las letras del relato de la creación. Sólo que lo veía mucho más refinado que nosotros, pero, aún así, tenía que cumplir la Torá y las Mitzvot para revelar la presencia de Hashem en su forma más elevada, aquí abajo, en la tierra.
Para terminar el capítulo el Alter Rebe explica cómo funciona el Paraíso (gan eden) porque, si bien Moshé no captaba la Bondad y Severidad Divinas en sí mismas, sino a través de otros niveles inferiores, en el Paraíso sí están revelados estos dos niveles mismos.
El Alter Rebe explica en el capítulo 39 de la primera parte del Tania que hay muchos niveles de Paraíso y cada mundo espiritual tiene su propio paraíso. El Paraíso se trata del “lugar” (es algo espiritual, no un lugar físico) donde están las almas después del fallecimiento. Es como un “hotel de almas”, donde cada una “vive”. En ese lugar, el alma disfruta de la presencia de Hashem. De acuerdo al nivel espiritual de donde surge el alma y del estudio de Torá y observancia de Mitzvot que efectuara en vida, así será el nivel de su “hospedaje”.
El principal Paraíso es en el mundo de Creación y ahí están reveladas la Bondad y la Severidad Divinas, que las almas que “viven” ahí entienden y disfrutan.
Sólo que, como estos niveles son tan poderosos que anularían cualquier lugar donde se revelen, las almas los captan a través de una interfaz llamada “firmamento”, desde donde fluye el conocimiento de la Torá como si fuese un rocío con el cual las almas se alimentan7.
Además, en el Paraíso, las almas también son “vestidas” con las Mitzvot que realizaron mientras estaban en este mundo en un cuerpo.
El concepto de las Mitzvot como “vestimentas” es explicado en el capítulo 4 de la primera parte del Tania. Allí el Alter Rebe dice que hay tres vestimentas del alma: 1. Pensamiento, 2. Palabra y 3. Acción. Cuando pensamos, hablamos sobre Torá y Mitzvot y observamos en la práctica los mandatos de la Torá, el alma es “vestida” con vestimentas santas, relacionadas directamente a la Voluntad de Hashem. Esas mismas “vestimentas” le permiten al alma disfrutar de la presencia de Hashem que se revela en el Paraíso.
Además, en el capítulo 39 de la primera parte del Tania el Alter Rebe detalla en qué forma el alma percibe la presencia de Hashem y qué Paraíso le corresponde de acuerdo a la motivación y la concentración con la que se cumplió cada Mitzvá en vida.
Surge que hay dos partes en la recompensa de las almas en el Paraíso: por un lado el alimento es la Torá que estudiaron, o sea, logran captar y entender la Bondad y Severidad Divinas investidas en la Torá y, por el otro, las ropas del alma en el Paraíso son las Mitzvot que cumplieron en vida.
Aquí el Alter Rebe cierra el paréntesis comenzado al final del capítulo 4.
Resumen: La contracción como entidad separada de la “Luz”. La Misericordia Divina asociada a la creación es representada por los milagros que hacen los Justos. La profecía de Moshé le permitía “ver” un nivel de la presencia de Hashem en el mundo, pero no el nivel que se revela a través de Torá y Mitzvot. En el Paraíso la almas perciben como recompensa un nivel de la Bondad y Severidad Divinas investido en la Torá que estudiaron en vida. Las Mitzvot que observaron se transforman en “vestimentas” para el alma en el Paraíso.
1Midrash Bereshit Rabá, 12:15
2La idea de los “Recipientes” como entidad independiente de la “Luz” fue explicada al final del capítulo anterior.
3Como fue explicado al final del capítulo anterior.
4Midrash Bereshit Rabá 12:15
5Del final del capítulo 4.
6Shaar HaNevuá, escritos del Arízal
7Zohar Vaiakhel 209, 210