En el capítulo 1 el Alter Rebe habló del Alma Animal. En el capítulo 2 habló del Alma Divina, y dijo (en el capítulo 3) que tiene diez “Herramientas”. Finalmente, en el capítulo 4 dijo que tiene tres “Vestimentas” para expresar esas “Herramientas”.
Ahora el Alter Rebe vuelve al primer alma, y explica que también tiene diez “Herramientas” y tres “Vestimentas”.
(En todas las cosas del mundo pasa lo mismo. Hay muchas cosas que se pueden usar para hacer el bien, pero también se pueden usar para hacer el mal. Un buen ejemplo es Internet. En nuestro interior también, hay una fuerza para cosas buenas y una fuerza paralela opuesta para cosas malas).
Así como el Alma Divina tiene Intelecto, el Alma Animal también. Lo mismo pasa con los sentimientos, que crecen de acuerdo al intelecto, cuanto más crece la persona, más elevadas serán sus emociones. Por ejemplo, un niño se enoja (Emoción) cuando no le dan un juguete cuando piensa que se lo merece (Intelecto), mientras que un adulto no se enojará si no le dan un juguete, porque ya no le interesa, piensa en otras cosas.
El Alma Animal es como un niño, le interesan sólo las cosas que le gustan, aún si no le hacen bien, se enoja fácilmente, es impulsiva, egoísta, etc., no piensa en servir a Hashem, piensa solamente en sí misma. Usa sus tres “Vestimentas” para lo que le interesa a ella solamente.
El Alter Rebe dice que cualquier cosa que pensamos, decimos o hacemos que no está relacionado con Hashem, es automáticamente una “Vestimenta” del Alma Animal y no es santidad (kedushá). Santidad es algo que es exclusivamente dedicado a Hashem. Si hacemos algo por nuestro propio beneficio, aún si no es ir en contra de la Torá, no es Santidad. Aquello que no es Santidad se llama Cáscara (klipá en hebreo, como la cáscara de una naranja, que cubre a la pulpa, hay una Cáscara espiritual que oculta a Hashem).
Cada cosa en el mundo recibe energía de algún nivel espiritual. O sea, todo lo que vemos es creado y mantenido por Hashem. Nosotros vemos la cosa física, por ejemplo, la vaca en el campo, pero, en realidad, lo que hay es una fuerza de Hashem creando y dando vida a la vaca, al campo, pasto, tierra, etc.
La fuerza vital de Hashem en la Cáscara está tan escondida y oculta, que la Cáscara llega a pensar que ¡ella misma es un dios!
Pero no todos los niveles de Cáscara son iguales. Hay una Cáscara que es totalmente mala e impura, que no tiene nada bueno en ella. De esta “Cáscara impura” reciben fuerza los gentiles que no cumplen las siete Mitzvot de Noaj1, todos los animales impuros (como el cerdo, el caballo, etc.) y todas las comidas vegetales que no se pueden comer, como orlá (los frutos de los tres primeros años de un árbol) y kiláim (mezcla de semillas).
También todos los pensamientos, palabras y acciones de las cosas que Hashem no quiere que hagamos (Mitzvot prohibitivas o negativas) reciben energía de esta “Cáscara impura”.
1Las siete Mitzvot de Noaj son: no asesinar, no blasfemar, no robar, no cometer adulterio, no comer parte de un animal vivo, no hacer idolatría y establecer un sistema de jueces