La sección de esta semana se llama Metzorá (quien tiene manchas de la enfermedad tzaráat) y es una continuación de la anterior, agregando el proceso de purificación luego de que las manchas desaparecieron y, al final de la parashá, algunas leyes relacionadas a pureza e impureza.
Como todos los asuntos y como ya mencionamos muchas veces, cada cosa se compone de su expresión y de su contenido conceptual. No solamente cuando se habla de algo material, donde podemos claramente diferenciar entre lo físico y lo metafísico, sino aún cuando se habla de un asunto esencialmente espiritual, como la pureza y la impureza, también encontramos estos dos asuntos.
Ahora bien, el asunto externo o "físico" de la pureza y la impureza esta legislado por la Torá en todos sus aspectos, qué tipos de impureza existen, cómo se transmiten, quién es impuro, qué objetos pueden impurificarse y qué objetos no, cuál es el proceso de purificación, etc. ¿Cuál es el asunto interno o "metafísico" de la pureza y la impureza?
Para comprenderlo podemos leer una ley en el libro Mishne Torá de Maimónides, al final de las leyes de Mikvaot, cap. 11, ley 12:
"Es un asunto claro y revelado que las impurezas y purezas son decretos de la Torá y no de las cosas que el intelecto humano dictamina, y son parte de las [leyes de tipo] jukím (supra-racionales).
Y así también el sumergirse en una Mikve (baño ritual) para [remover] las impurezas es parte de las leyes supra-racionales, ya que la impureza no es barro o suciedad que salga con el agua, sino decretos de la Torá y la cuestión depende de la intención del corazón. Por eso dijeron nuestros sabios que [si la persona] se sumergió pero no fue reconocido [puro] es como si no se hubiese sumergido.
Y sin embargo, hay una enseñanza en la cuestión: así como quien piensa en su corazón purificarse, cuando se sumergió se purificó, a pesar de que no se renovó nada en su cuerpo, de la misma manera, quien piensa en su corazón purificar su alma de las impurezas del alma que son los malos pensamientos y las malas cualidades, dado que se comprometió en su corazón a separarse de esas cuestiones, y llevó su alma a las aguas de la comprensión pura, dice la Torá: "Y verteré sobre ustedes agua pura y se purificarán de todas sus impurezas y todos sus ídolos los purificaré", Que Di-s con Su gran misericordia, de todo pecado, iniquidad y culpa nos purifique, Amen"
¿A qué se refiere Maimónides con "las aguas de la comprensión pura"? La Torá misma es comparada con el agua, y a eso se refiere Maimónides: quien quiere saber si su forma de pensar es la apropiada, si sus cualidades emocionales e intelectuales están siendo utilizadas a pleno y de la mejor manera, debe buscar qué se espera de él en la Torá. Esto no significa perder la propia identidad y los propios pensamientos, sino que significa orientar las capacidades personales en aras de la superación y el desarrollo personal que, al fin y al cabo, traen y realizan el objetivo de la creación toda, hacer de cada uno de nosotros y de este mundo, una morada para Di-s.