No puedes culparte ni perseguirte a ti mismo por cómo te sientes. Pero puedes alegrarte en la batalla de controlar y sublimar esos sentimientos.
Cada pequeña victoria dentro de ti mismo es un gran triunfo sobre la oscuridad de este mundo. De hecho, esa es la razón por la cual la oscuridad fue puesta dentro tuyo, para que la puedas transformar en una gran luz.