Podrías pensar que cuanto más baja sea la criatura, más baja va a ser la chispa de divinidad que contiene.
Justo lo opuesto: sólo las chispas más elevadas pueden descender a los lugares más bajos y retener su poder para sostener esa existencia.
Por eso las verdades más profundas se encuentran frecuentemente en los lugares más oscuros.