El ser humano es un compuesto de cuerpo y alma. Consecuentemente, todos nuestros asuntos y actividades contienen elementos de cuerpo y alma - lo material y lo espiritual.
Las actividades mundanas y rutinarias en general están motivadas por la ganancia material y física. Sin embargo, el alma" de todos esos asuntos físicos exige ser reconocida - exige la infusión, dentro de los asuntos ordinarios, de la conciencia de que hay mayores objetivos y un propósito más elevado. Dar caridad, y el apoyo a la educación de Torá de niños Judíos - éstos son los incentivos espirituales que deberían motivar a la persona en sus actividades diarias.
Cada uno de nosotros es un microcosmos de toda la Creación. El logro de armonía en la propia alma y la propia vida material, es el logro de la armonía entre el cielo y la tierra."