Un hombre carga piedras para ganarse la vida. Dale esmeraldas y todo lo que ve son más piedras.

Otro carga diamantes con devoción y cuidado. Dale esmeraldas y exclamará "¡Qué belleza!"

Solo alguien que valora su propia herencia es capaz de apreciar la belleza que otros tienen.

De una carta de Rabí Jonathan Sacks

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