Cuando El creó el mundo, creó dos formas de reparar cada cosa: con dureza o con compasión. Con una cachetada o con una caricia. Con oscuridad o con luz.
Y El observó la luz y vio que era buena. La oscuridad y las palabras duras pueden ser necesarias. Pero El nunca las llamó buenas.
Aún si corriges a otra persona con palabras duras, Di-s no tiene ningún placer de eso. Cuando El ve que sus criaturas se curan unas a otras con compasión y bondad, ahí es cuando brilla Su sonrisa sobre nosotros.