Encontramos en los midrashím de la Torá muchas historias sobre Avraham, nuestro patriarca. Desde que conoció a Di-s a los tres años, y de ahí en adelante desarrolló su conocimiento y conciencia de la existencia de un único Creador del Universo, pasando por la famosa historia en que rompe los ídolos que su padre fabricaba para vender, hasta la ocasión cuando es arrojado vivo a un horno ardiente.

Sin embargo, en la Torá Escrita no aparece nada de la vida de Avraham hasta los 75 años. (Por lo menos no en forma clara, si no que aparece en ramazím, alusiones).

Y lo primero que aparece es lo que ésta parashá nos cuenta, que Di-s se le presenta a Avraham y le dice "Vete de tu tierra, de donde naciste, de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré". Como mencionamos, Avraham ya tenía 75 años, una esposa (Sarai), un grupo de gente que lo seguía y lo consideraban un líder ("las almas que hicieron en Jarán") y una cierta riqueza.

Ahora bien, ¿por qué la Torá no dice nada (en forma explícita) sobre la vida de Avraham, quien puede ser considerado, de cierta forma, "el primer judío" hasta los 75 años?

Se puede explicar esta omisión de la siguiente manera: Hasta los 75 años la conexión de Avraham con Di-s fue una que partía del intelecto humano, la mente de Avraham. Por más refinado y elevado que el hombre sea, nunca va a poder establecer, por sus propios medios, una conexión con Di-s, por el simple hecho de que Di-s es infinito, y el ser humano es finito.

A pesar de que Avraham ya había demostrado, poniendo su propia vida en riesgo, su fidelidad a Di-s y su absoluta convicción de la verdad de la Unicidad de Di-s, en contra de lo que pensaba todo el mundo entero, son embargo, esto no creó un vínculo con Di-s.

Es específicamente cuando Di-s establece la relación con el ser humano a través de Sus preceptos (plasmados en la Torá) que el ser humano puede conectarse con El.

Por eso, cuando la Torá relata el comienzo del judaísmo, no nos cuenta sobre los sacrificios de Avraham ni de sus proezas como "primer judío", sino que nos dice "Y dijo Di-s a Avram", es decir, la Torá establece que el comienzo del judaísmo no es con el hombre, ni siquiera uno tan especial como Avraham, sino con Di-s. El punto de partida es Di-s.

Esto deja para nosotros la importante lección de que cuando la persona se acerca al judaísmo, debe saber que el punto de partida es Di-s. Dicho de otra manera, la persona no debe procurar dónde está su ventaja personal en el acercamiento al judaísmo, sino que debe procurar dónde está Di-s y qué quiere de su vida, para, de ahí en adelante, acercarse y mejorar día a día.

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