La sección de esta semana se llama Noaj. El tema central es el diluvio que Di-s envió sobre la tierra, su preparación, la lluvia propiamente dicha y lo que ocurrió después del mismo.
Leyendo el texto de la Torá en forma superficial, surge que el diluvio fue un castigo por el mal comportamiento de la gente. Sin embargo, desde una visión más profunda, el diluvio fue también una purificación. Por eso la lluvia duró cuarenta días, correspondientes a los cuarenta sea (una medida de volumen, cerca de mil litros) que contiene, como mínimo, una Mikve (baño ritual de purificación).
A su vez, el diluvio se identifica con las preocupaciones del sustento que, como las aguas de un río poderoso, confunden a la persona y la alejan de su objetivo, el enfoque constante en Di-s.
Para comprender la relación entre el diluvio, la Mikve y las preocupaciones del sustento debemos entender antes qué simboliza la Mikve. El contenido conceptual de una Mikve es el de Bitul, anulación. Por eso debe tener, al menos, cuarenta sea de agua, que es la cantidad mínima en la cual puede sumergirse el cuerpo entero, simbolizando la anulación de la persona hacia Di-s. Además, la palabra Tevilá (acción de sumergirse en la Mikve) tiene las mismas letras hebreas que la palabra HaBitul (la anulación), nuevamente simbolizando esta idea de la entrega total a Di-s, como quien está sumergido en la conciencia y reconocimiento de la constante presencia de Di-s. En otras palabras, la anulación a través de la cual la persona sale de su propio yo genera una elevación espiritual que le permite percibir divinidad de una mejor manera que antes.
Esta es también la verdadera razón por la cual a una persona se le presentan dificultades para ganarse el sustento. A pesar de que esto le dificulta la vida temporariamente, sin embargo la persona se siente quebrantada de esta manera y así es capaz de salir de su propio yo, logrando un nuevo nivel de percepción de Di-s.
He aquí entonces, así como el diluvio tenía como objetivo purificar la tierra, la Mikve tiene el objetivo de purificar a la persona y las preocupaciones del sustento tienen el objetivo de elevar a la persona a nuevo nivel de conciencia de que todo lo que ocurre en este mundo es por designio divino, como dicen nuestros sabios: "Todo está en manos del cielo, excepto el temor al cielo".