En estos tiempos de mundial de fútbol, hay muchas enseñanzas que se pueden extraer tanto del fútbol como del mundial mismo, como se conversó en el último Kabalat Shabat en el Beit Jabad.

Resulta interesante pensar que hay ciertos momentos del día en que millones (literalmente) de personas en diferentes partes del mundo están haciendo lo mismo: mirar un partido de fútbol. Tan poderoso es este asunto que los medios disputan fortunas enteras para obtener los derechos de transmisión, las empresas pagan dinerales para ser los sponsors oficiales, etc.

¿Y qué resulta de positivo de todo esto para la sociedad en general y para el individuo en particular? Nada. Partido va, partido viene, unos ganan, otros pierden, la vida sigue y uno está en el mismo lugar en donde estaba antes.

El judaísmo es diferente. Con el sólo hecho de hacer una Mitzvá, una sola persona ya genera una diferencia en el mundo, trae a Di-s a la tierra, y en sí mismo, se refina. Ni que hablar de un grupo de judíos haciendo una Mitzvá, por ejemplo, rezando un Shabat por la mañana, y ni que hablar de millones de judíos haciendo una misma cosa, que tendría un efecto impresionante en el mundo, como dicen nuestros sabios, que si todos juntos cumpliésemos un Shabat como corresponde, ¡vendría Mashíaj!

Que tengamos el mérito de aprender de lo que nos rodea para saber apreciar lo que tenemos y traer la Redención Final, rápido en nuestros días.

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