Que nadie piense: ¿Quién soy yo y qué soy yo para tener semejante poder de construcción y destrucción?
Porque ya vimos, a nuestro pesar, el potencial de destrucción en la liberación de la energía atómica. Si semejante poder yace oculto en tan poca cantidad de materia - para la destrucción, en negación del diseño y propósito de la Ceración - cuanto mayor es el poder creativo proporcionado a cada individuo para trabajar en armonía con el propósito Divino. Ya que en este caso, uno también es proveído de habilidades especiales y oportunidades por la Providencia Divina para lograr el objetivo por el cual fuimos creados: la realización de un mundo de bondad y santidad.
La gente generalmente se percibe a sí mismos en términos de sus limitaciones como seres mortales. Sin embargo, hay tiempos que requieren acciones trascendentales. Uno debe, a veces, hacer más de lo que puede. Porque todo mortal es proveído de un alma Divina y el poder de trascender las limitaciones mortales.