Piensa en tu mundo como un rompecabezas gigante en tiempo y tres dimensiones. Todos los objetos y eventos son hechos para encajar ordenadamente, sin embargo parecen un grupo de fragmentos disfuncionales.
Aquí está el truco para reacomodar todos esos fragmentos: Encuentra primero tu propio objetivo en la vida y comienza a moverte en esa dirección. Una vez en ese modo, todas las cosas que se relacionan a tu propósito te encontrarán. Y aquellas cosas ya unidas a ti encontrarán su lugar también. Repentinamente, donde antes ruido y caos te partían en miles de direcciones, una gran sinfonía ocurre.