En la parashá de esta semana (llamada Shlaj - envía) leemos la historia de los espías. En resumen, se trata de un grupo de doce personas que, por petición del pueblo, Moshe eligió para recorrer la Tierra de Israel y traer el reporte sobre sus cualidades y las cualidades de los pueblos que la habitaban. Ellos fueron, recorrieron la Tierra por cuarenta días, recogieron de sus frutos y volvieron con un reporte impresionante: la Tierra era efectivamente especial, como Di-s había dicho, pero, según la lógica de ellos, era imposible conquistarla. Sólo dos de ellos (Ioshúa bin Nun y Calev ben Iefune) dijeron que si se podía conquistar.
La historia termina con la muerte de los diez espías cuyo reporte fue negativo y el sellado, por así decir, del decreto de deambular por el desierto cuarenta años (A partir de la historia de los espías, treinta y ocho. El número cuarenta es a partir de la salida de Egipto).
Existen muchas explicaciones de lo ocurrido, tanto en el mundo del Pshat (significado simple) como en el mundo del Remez (indicaciones), Drush (alegorías) y Sod (Esoterismo).
Una idea a extraer: Moshe en ningún momento dice a los doce elegidos que ellos deben espiar la Tierra, sino que deben recorrerla. La diferencia entre espiar y recorrer reside en que quien espía busca, en forma oculta, las debilidades de un lugar y la forma de conquistarlo, siempre cuidándose de no revelar su verdadera intención. Por otro lado, quien recorre sólo lo hace con el objetivo de mirar y aprender sobre un lugar, sin, por así decir, segundas intenciones ni motivaciones ocultas.
Luego de haber sido elegidos por Moshe como las mejores doce personas para llevar adelante el trabajo de recorrer la Tierra, diez de ellos se vieron a sí mismos como espías, o sea, llevaban en sus corazones la capacidad de ocultar sus verdaderas intenciones para actuar de una manera y sentir y pensar de otra.
Cuando Moshe se da cuenta de que los hombres elegidos podían llegar a pensarse a sí mismos como espías, rezó para que su estudiante Ioshúa bin Nun no sea influenciado por sus consejos (por Calev no era necesario rezar, ya que Moshe sabía que podía mantenerse fiel a su verdadera misión.
Una enseñanza que podemos extraer es que el ejercer frecuentemente la capacidad de pensar de una manera y hablar de otra puede llevarnos, con el tiempo, a hacerlo aún cuando no es apropiado.