Nuestro trabajo no es tener fe. Ya tenemos fe, la queramos o no. Viene con nuestra sangre desde nuestros ancestros, que dieron su vida por ella.
Nuestro trabajo es transportar esa elevada visión que les dio su fe hacia nuestras mentes, nuestra personalidad, nuestro mundo, nuestras acciones en la vida cotidiana. Hacerla parte nuestro y de nuestro mundo.