Hay una expresión interesante que aparece en los libros santos: emuná tehorá - fe pura. En un análisis superficial, la expresión no tiene nada especial, se trata de la fe que cada judío/a tiene en Di-s. Más particularmente hablando, de la fe en la Omnipresencia y Omnipotencia de Di-s. Sin embargo, desde la perspectiva más profunda, fe significa que Di-s es indefinible, incaptable por la mente humana.

La fe es aquello que trasciende el intelecto, es decir, aún aquellas cuestiones que el intelecto no capta en forma directa, puede entenderlos en forma indirecta, por ejemplo, a través de la negación de adjetivos conocidos, podemos llegar a tener una idea de algo desconocido (no es tal cosa, no tal otra cosa, etc.).

Sin embargo Di-s supera y trasciende aún el conocimiento indirecto. El es simplemente incomprensible. Esta es la verdadera fe pura.

Esta expresión se refiere a un nivel determinado de fe que no puede "impurificarse", o sea, ser influenciado y modificado, por las acciones, palabras y pensamientos de la persona (y menos del medio ambiente). Es un nivel tal que siempre está puro, tal y cual es en su fuente y raíz primaria en el alma judía.

Esto nos lleva a entender por qué el judaísmo de una persona no depende de lo que haga o no, sino que es un estado inmutable: como dice el Talmud, "Un judío, a pesar de que pecó, continúa siendo un judío".

(Cabe aclarar que esto no es una excusa para no actuar en consonancia con los preceptos de la Torá, estamos diciendo que no se pierde la condición de judío al actuar erróneamente, pero de ninguna manera se puede decir que es el estado correcto de conexión con Di-s ni de observancia del judaísmo).

Esto nos ayuda a entender también cómo trabaja este punto fundamental del ser judío: en los momentos en que ninguno de los caminos que el mundo plantea funciona para solucionar un determinado problema, cuando no se trata de dinero, ni de belleza física, ni de intelecto, ni de cultura, ni de destreza deportiva, etc., cuando las herramientas mundanas se acaban, ahí surge lo más profundo del ser judío, su conexión con el Infinito, su Fe Pura en que Di-s trasciende todos los límites, los conocidos y los desconocidos, y clamamos a El para que nos ayude y salve.

Creo que uno de los puntos más interesantes de esto es que uno podría pensar que después de haber negado y renegado o ignorado la condición de judío o la observancia de la Torá, uno quedaría fuera del círculo de influencia de la misma, o que uno sería mal visto o se burlarían de uno cuando intentase retornar.

La realidad es que no es así: dado que el judaísmo va más allá de lo racional, las reglas racionales no se aplican al mismo y en cuanto uno si quiera piensa en retornar, Di-s abre sus manos para recibirlo. En las palabras del Talmud: "Abran para Mi (dice Di-s) un agujero como el ojo de una aguja y Yo abriré para ustedes un hueco como el de la puerta del Ulam (que medía 10 metros de ancho por 20 metros de altura).

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