Estoy de acuerdo con los herejes. El dios que ellos tanto odian, no existe: un dios que mira a través de las nubes un mundo que alguna vez hizo, y juega con él desde los cielos, como un niño juega en la arena...
Semejante dios no es más que otro juguete del Hombre. Un hombre tiene una casa, un auto, un empleo, una esposa e hijos. Entonces, también tiene que tener un dios. Y crea uno a su imagen.
Di-s no es una creación de la mente humana. Di-s es la realidad en la que estamos.