El secreto de nuestra existencia es que somos un pueblo que habita solo" (Bamidbar 23:9), un pueblo que cree en un Di-s, guía su vida de acuerdo a una Torá, que es eterna e inmutable.
Nuestra independencia de pensamiento y conducta no es nuestra debilidad sino nuestra fuerza. Solamente así podemos realizar nuestra función como fue impuesta por el Creador, es decir, ser "un reinado de sacerdotes y una nación santa" (Shmot 19:6), y un mérito para toda la humanidad.