Hasta la venida del Redentor, no hay persona en la tierra sin ninguna falta. Una persona falla en una cuestión, y otra en una diferente.
No apreciamos a alguien que se entromete en nuestras faltas y subraya a cada uno con un lápiz rojo. Entonces, sabemos que no es correcto enfatizar y magnificar las faltas de otros.
Esta es la forma en que toda la gente debería relacionarse. Pero, especialmente, cuando se trata de tu cónyuge y los miembros de tu propia familia.