En realidad, no hay ninguna necesidad de cambiar el mundo, sólo de iluminarlo. Ya que cada cosa tiene su lugar, y en ese lugar está bien.
Hay sólo un problema: está oscuro. En la oscuridad, no hay forma de encontrar el lugar de cada cosa. No hay forma de saber qué pertenece al armario, listo para ser usado, y qué pertenece a la lavandería, esperando ser limpiado. Entonces, aquello que puede ser lavado y usado para el bien es despreciado como odioso, y aquello que es totalmente bueno es usado para el mal.
La Torá es luz: nos dice el lugar de cada cosa. Hazla brillar fuerte, y cura el mundo.
me encanto cta verdad