Estos días se vive en la Argentina una crisis energética. En los diarios aparecen reportes de las diferentes partes del país, falta de electricidad que genera apagones y lugares donde falta la energía por dos semanas! Se suma la falta de gas y combustible, lo que genera colas interminables y dificultades a la hora de cargar el tanque de nafta (o gasoil, que está más restringido todavía).

A todo esto se suma una ola de frío del polo sur que nos dio, por una ratito por lo menos, la sensación de estar en el polo literalmente, ¡con nieve y todo!

Esta es la situación que se vive en la Argentina (mejor ni hablar de la inflación que el Gobierno niega, los bajos sueldos, falta de educación y salud, etc.).

El Baal Shem Tov solía decir que de cada cosa que uno oye o ve, debe aprender una enseñanza en el servicio a Di-s. ¿Qué aprendemos de la crisis energética en Argentina?

La falta de electricidad y gas generan dos efectos interesantes: sin electricidad no hay luz, y sin gas no hay fuego, es decir, calor, y sus derivados (como combustión en el motor de un auto), lo que resulta en frío.

Nuestros sabios explican que se llega al mismo resultado cuando no hay Torá y Mitzvot en el pueblo judío. Con cada Mitzvá positiva que una persona cumple, trae al mundo una Energía Divina, un "rayo" de la Luz Infinita de Di-s. Por el otro lado, cuando una persona no observa los preceptos prohibitivos (Di-s libre y guarde), hunde en la oscuridad a la energía Divina que se encuentra dentro suyo (su alma). (Cabe destacar que podría pensarse una explicación para cada uno de los efectos, como las manifestaciones, los resfríos, malestares, etc., pero lo dejamos librado a la imaginación del lector).

Es decir, de ambas formas lo que se genera es oscuridad y frío. Por eso la Cabalá identifica al Exilio Diaspórico con la noche, porque a la noche, en general, está oscuro y hace frío.

Dicho en otras palabras: vivimos en un tiempo de crisis energética espiritual. Circunscripta al ámbito judío, pero que tiene un efecto profundo en todo el universo.

Claro, la forma de solucionar la crisis espiritual es mucho más simple que la de la crisis energética: es sólo cuestión de asumir nuestra responsabilidad para con el resto de la humanidad y para con Di-s, y empezar a sacar de las oscuridades a nuestras almas (observando los preceptos prohibitivos) y traer energía (es decir, a Di-s) al mundo (observando los preceptos positivos) para terminar con la oscuridad y llegar a la Redención Final, rápido en nuestros días, Amén.

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