Durante seis días trabajamos, comemos, dormimos, nos ejercitamos y también rezamos. Entonces, en el séptimo, pausamos para reconectarnos con Di-s. Ahora el rezo no es sólo algo más en la lista, es la definición del día. Sin las presiones ni distracciones del trabajo, nos volvemos más contemplativos y enfocados, justamente el estado que la plegaria requiere.
Al anochecer, se realiza el Cabalat Shabat, la Recepción del Shabat. El servicio consiste en una serie de seis salmos, que representan los seis días de la semana, seguidos por un himno místico de bienvenida al Shabat (Lejá Dodí).
Luego viene el típico servicio de la noche, adaptado al espíritu del día, seguido de otro salmo y terminando con el himno Aleinu, como el resto de las plegarias.
En el rezo central, la Amidá, en lugar de incluir las mismas peticiones a Di-s que decimos durante la semana, cosa que interrumpiría el clima de Shabat, se dice una bendición que habla sobre lo especial del día.