Te despertaste, te vestiste, hasta le agradeciste a Di-s por devolver tu alma: ¿Qué más queremos? Un momento: ¿te lavaste las manos antes de salir de la cama?
¿Por qué? En el Santo Templo, los sacerdotes se lavaban las manos antes del trabajo diario. Cada individuo es como un sacerdote en el templo de su casa y su corazón.
Mientras el cuerpo descansa, el alma asciende a los cielos para recargarse. Sólo los poderes más básicos del alma quedan en su lugar, aquellos necesarios para el funcionamiento del cuerpo. El vacío resultante permite un estado espiritual negativo llamado Tumá. Cuando nos despertamos, nos lavamos las manos para remover los vestigios de esa Tumá.
Durante la noche, las manos frecuentemente tocan áreas del cuerpo privadas; entonces nos lavamos antes del rezo.
El procedimiento
Antes de dormir, prepara una vasija con agua y una palangana vacía y colócala al lado de tu cama, no debajo. Cuando te despiertas, luego de recitar el Mode Aní, lávate la mano derecha hasta la muñeca y luego la izquierda; repite y vuelve a repetir. Este lavado se llama Netilat Iadáim (o, en idish, Neguel Vaser).
La costumbre en Jabad es que, luego de lavarse las manos, vestirse, higienizarse, etc., nos lavamos las manos una vez más y recitamos la bendición.
Antes de lavarnos las manos no caminamos 2 metros, no tocamos ropas, comida o cualquier orificio del cuerpo, tampoco recitamos ninguna bendición.
Si no hiciste el lavado al levantarte de la cama, ¡hazlo en cuanto puedas! Cada vez que se duermen al menos 60 minutos, corresponde hacer el lavado. Si es una siesta (de al menos ese tiempo), se lavan las manos sin recitar bendición.
RT @rabtuvia: Lavado de manos a la mañana: Te despertaste, te vestiste, hasta le agradeciste a Di-s por devolve... http://t.co/O8khoP6fAz