Una luz fuerte es hostil a los ojos. Una luz intensa quemará y destruirá. Un inmenso cuerpo de luz vaporizará todo, tornando moléculas en átomos, átomos en partículas y partículas en energía.
Una luz infinita, sin embargo, no conoce límites. Puede ir a cualquier lado y en cualquier situación. Nada puede decirle al infinito: "¡No puedo soportarte!, ¡Eres demasiado poderoso para mi!", porque, si así fuese, sería una limitación para el infinito.
Ese es el nombre que los cabalistas usan para Di-s, la Luz Infinita. Ningún lugar es demasiado pequeño, ningún momento demasiado insignificante, para que la Luz Infinita se revele en él.