La luz de Januca transforma oscuridad en luz.
Pero la oscuridad es la ausencia de luz. ¿Cómo es posible que la ausencia de luz se transforme a luz?
Porque no hay nada sin un propósito, y el propósito es luz. Solo que algunas historias de nuestra vida ocultan su propósito, de manera que parecen oscuras.
¿Qué debes hacer? Debes exprimir la luz de ellas, así como exprimes aceite de las olivas.
Puede doler, a veces, ser exprimido de esa manera. Pero solo entonces, esas historias de la vida, también, brillarán. Y su luz revelará sabiduría que ninguna otra luz podría revelar.
Por eso esperamos hasta que esté oscuro para encender la Menora de Januca. Y por eso la encendemos en lugares públicos.
Porque, con esas llamas, estamos encendiendo la oscuridad misma, revelando que incluso la oscuridad, es verdaderamente luz divina.