Sinceridad no es suficiente. Debes hacer lo correcto.
¿Por qué es así? ¿Por qué no podemos ser juzgados sólo por nuestras intenciones?
Para que sepamos que somos pequeños, y la verdad es muy grande. Es la verdad lo que está en el centro de la escena, y nosotros los que orbitamos a su alrededor.
Es interesante que en algunos casos no debemos decir la verdad.
Nuestra palabra puede ser muy dañina, y varios comentaristas recomiendan, con mucha prudencia, no decir toda la verdad. Por ejemplo, si tenemos conocimiento de un acto indebido de una persona fallecida que no causó ninguna consecuencia, no debemos comentarlo aunque nos lo pregunten.