Este Shabat se denomina Shabat Shirá, el Shabat de la canción, porque leemos en la Torá la canción que Moshe cantó junto al pueblo judío tras el gran milagro de la apertura del Mar de Juncos, tras la salida de Egipto.
Este fantástico evento y la canción que lo sigue marcan el comienzo de la libertad del pueblo judío, permitiéndoles avanzar hacia el próximo paso, la recepción de la Torá en el Monte Sinaí.
El Alter Rebe, Rabí Shneur Zalman de Liadí, fundador del Movimiento Jabad Lubavitch, escribió: "La lengua es la pluma del corazón, pero la música es la pluma del alma"
Lo mismo funciona al revés: la palabra tiene un efecto en el corazón y la música un efecto en el alma.
En palabras más simples, la música expresa y moldea el carácter de la persona y los estados de ánimo, llegando hasta lo más profundo del alma. Parafraseando el dicho famoso, dime qué música cantas o escuchas y te diré quién eres.
Podemos extraer de lo dicho y del orden de los hechos que la canción no fue simplemente una alabanza a Di-s por la salvación milagrosa, sino que fue un paso fundamental entre la esclavitud en Egipto y la aceptación de la Torá.
No alcanza solamente son ser libres de un opresor externo (Egipto), debemos aprender a expresar nuestra esencia y liberarnos de nuestro propio opresor interno que no deja que vivamos de acuerdo a lo que realmente somos. La música es una herramienta para lograrlo.
Recién entonces podemos recibir la Torá y, a través de ella, conectarnos con el Di-s infinito, sin limitaciones, la verdadera libertad.