Los nombres son algo más que convenientes etiquetas, utilizar tu nombre judío es una proclamación de orgullo de tu herencia judía. La judíos del antiguo Egipto, cuentan nuestros sabios, cuidaron la tradición de utilizar nombres judíos. Esa fue una de las formas a través de las cuales se aferraron a su pueblo y fueron meritorios de la redención.
Más aún, el nombre judío es el canal a través del cual reciben energía divina. De hecho, cuando los padres dan un nombre a su hijo, se considera una pequeña profecía, ya que, de alguna manera, ese era el único nombre que esa persona podía tener.
Una niña recibe su nombre durante una lectura de la Torá en la sinagoga. El ligar ambos eventos, la lectura de la Torá y dar un nombre, da bendición al nombre.
Un niño recibe su nombre durante la circuncisión, cuando entra en el pacto de Avraham.
Si no tienes un nombre judío, puedes elegir uno. Generalmente la gente opta por un nombre parecido a su nombre no judío.