Hay momentos en que Él parece estar observando a través de las celosías de nuestro mundo, llenando elndia con luz.

Pero hay momentos en los cuales Él oculta Su rostro tras una gruesa pared.

Estamos confundidos. Lo llamamos, gritando, porque debe estar lejos.

Él no está lejos.

La pared es Su mano, y Su mano también es Él.

Él está sosteniéndonos desde lejos, para que podamos crecer y lograr cosas por nuestra propia capacidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

diecisiete + seis =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.