El tercer cumpleaños de un niño marca una transición importante en su educación. Los primeros tres años de vida, un niño absorbe lo que ve y oye en el ambiente del cuidado de sus padres. El niño es un receptor, aún no está listo para dar. A la edad de tres, la educación del niño pega un salto, ahora está listo para producir y compartir sus frutos únicos.
Para un varón, la transición es marcada con una ceremonia. Es una costumbre antiquísima dejar el pelo del niño crecer sin recortarlo hasta los tres años. En su tercer cumpleaños, se invita a amigos a una ceremonia de corte de pelo, llamada en Idish: Opsheren y Jalaka por los Sefaradím. Se dejan las Peiot (costados del pelo de la cabeza) del chico intactas como iniciación a su primer Mitzvá.
De aquí en adelante, se le enseña al niño a usar Kipá y Tzitzit y, lentamente, se lo educa para que recite bendiciones y el Shemá. Ahora el mundo empieza a beneficiarse de su Torá y Mitzvot.
Hay días en el calendario en los cuales no se puede cortar el pelo. Si el cumpleaños cae en alguno de estos momentos, se pospone hasta el primer momento apropiado para realizar el corte.
En el caso de las niñas, comienzan a encender velas de Shabat junto a sus madres.
Muy bueno el relato !!!!!! Hay que vivirlo
siii, aca hicimos varios, en los álbumes están las fotos. Hasta el de shlomo, que ya hizo bar mitzvá, se hizo en La Plata
muy claro y didactico