La parashá de la semana pasada, Shminí nos enseña sobre qué animales son puros y cuáles impuros.
En la parashá de esta semana, Tazría, aprendemos sobre gente, que una persona puede impurificarse y después purificarse.
¿No debería ser al revés? Primer la Torá debería enseñarnos sobre las personas y luego sobre los animales.
Rabí Simlai, un sabio de hace unos 1500 años responde así: De la misma manera en que el hombre fue creado después de los animales, sus leyes de pureza e impureza vienen después de las de los animales.
¿Por qué el hombre fue creado después de los animales? Porque si no sigue la volunat de HaShem, se le recuerda su poca importancia, que hasta un mosquito fue creado antes que él.
El Alter Rebe explica que una persona puede llegar más bajo aún que un mosquito, porque puede decidir hacer algo que HaShem no quiere. El mosquito y los otros animales no tienen Ietzer HaRá- Inclinación al mal - que intenta llevaros lejos de HaShem. Por eso la Torá enseña las leyes de pureza e impureza del hombre después de las de los animales.
Estar impuro significa estar menos conectado a HaShem. Para reconectarse y purificarse, una persona debe esforzarse, porque fue creada con un Ietzer HaRá.
Generalmente estudiamos primero lo más fácil y después lo más difícil.
Como los animales no tienen Ietzer HaRá, sus leyes de pureza e impureza vienen primero. Las personas deben poner mucho más esfuerzo para reconectarse con HaShem, entonces sus leyes de pureza e impureza vienen después.
Para Rabí Simlai esto era una virtud en el hombre, él dijo: "Es verdad, el hombre fue creado después de los animales por su Ietzer HaRá y sus leyes de pureza e impureza son más difíciles. Pero cuando se esfuerza, se puede conectar con Di-s y elevarse muy por encima del resto de la creación".
Extraído de Please tell me what the Rebe says.