La palabra mikve significa "un conjunto de agua" natural. Construido de acuerdo a reglas exactas de dimensiones y con una fuente de agua natural aceptable, una mikve es una pequeña pileta, generalmente 1,50 metros de profundidad, llena de agua clara y limpia.
La inmersión en una mikve no tiene nada que ver con la higiene. No es para limpiar el cuerpo, sino el alma. Cuando una esposa judía visita la mikve, es una preparación espiritual a través de la cual ella experimenta una refrescante sensación de renovación, tanto física como psicológica.
La mikve puede mejorar la relación entre marido y mujer, ayudándolos a desarrollar una amistad rica y profunda, enseñándoles a comunicarse en otros niveles además del físico. A lo largo de nuestra historia, la fuerza y estabilidad de la familia judía fueron la envidia de todas las culturas. La mikve crea un hermoso balance en el cual un matrimonio y una familia, pueden comenzar con amor y seguridad, y continuar creciendo y fortaleciéndose toda la vida.