Se agacha, se acuesta como un león, y cual leona ¿quién lo levantará?" (Bamidbar 24:9). El midrash dice (Bereshit Rabá 98:7) "Se agacha, se acuesta", se refiere al período desde el Rey Tzidkiahu hasta el Rey Mashiaj (el período actual de la historia)."En la época del Rey Tzidkiahu comenzó el exilio del pueblo judío de la Tierra de Israel. Aún en la época del Segundo Gran Templo de Jerusalén, la redención no era completa, dado que faltaban varios elementos en el Segundo Templo (respecto del Primero) y no todo el pueblo judío se encontraba en la Tierra de Israel. Sobre esta época (que incluye la actual) se refiere el comienzo del versículo Se agacha, se acuesta", cuyo significado es que el pueblo judío se encuentra en exilio, esparcido entre los otros pueblos y tierras del mundo.
Podríamos pensar que el exilio es absoluto, no es sólo en lo físico, aquello relacionado con el cuerpo, sino aún en lo espiritual, la Torá y las Mitzvot, aspectos relacionados con el alma.
Sin embargo, cuando observamos la continuación del versículo, a pesar de que "Se agacha, se acuesta", no es un acostarse de aquel que no tiene fuerza, sino que es una limitación, un impasse de un león, del rey de los animales, el más poderoso. Es decir, aún durante el exilio en el cual nos encontramos, "Se agacha, se acuesta", los otros pueblos del mundo no tienen poder sobre el pueblo judío, sino que, como continúa diciendo el versículo "¿quién lo levantará?".
Nuestros maestros jasídicos explican que, en lugar de leer las últimas palabras en forma de pregunta, desde una perspectiva más profunda, pueden leerse en forma de afirmación, donde "quién" se refiere al Todopoderoso, que nos sacará del exilio, como está escrito "Quién dará de Tzión la salvación de Israel" (Tehilim 14:7).
Hasta que llegue el momento de la redención final, donde se cumplirá el "Quien lo levantará" (afirmativamente), nadie tiene poder por sobre el pueblo judío, dado que es como un león.
La lógica detrás de lo mencionado, es que el exilio en sí es irracional, no tiene ningún espacio en el intelecto humano, es sólo un estado forzoso, en el cual físicamente el "león" se encuentra "agachado, acostado". Sin embargo, espiritualmente, dado que la Torá y las Mitzvot son la palabra de Di-s, el exilio no tiene ningún poder sobre las mismas.
En palabras más simples, el exilio es sólo para el cuerpo, el alma está libre. El trabajo consiste en llevar esa libertad espiritual del alma al cuerpo, de manera que se exprese en nuestra vida práctica diaria , y como dicen nuestros Sabios "La verdadera libertad es el estudio de Torá" (Pirkei Avot 6:2). A través del estudio de Torá y el cumplimiento de Mitzvot, uno puede liberarse de la servidumbre al mundo en general.
Recordando esto, que el pueblo judío es un león y que al respecto de la Torá, las Mitzvot y el alma no estamos en exilio, podemos iluminar nuestro alrededor, con la luz de la Torá al punto hacer del mundo oscuro un mundo iluminado, con la venida del Mashiaj rápido en nuestros días.
Basado en Likutei Sijot Vol. 2, pág. 337