La humildad no es sentirse sin valor e inferior.

Es cuando paras de pensar "¿Qué será de mi? Y, en lugar de eso, piensas "¿En qué soy necesario?"

Y ahora hay espacio para que la alegría entre. Porque Dios te puso aquí, debe haber algo o alguien que desesperadamente te necesita.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

diecisiete + 9 =

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.