Hay dos versículos en la Torá al respecto del respeto y el temor a padre y madre: 1) "Honrarás a tu padre y tu madre, para que se alarguen tus días" (Shmot 20:12). 2) "Cada uno a su madre y padre temerán" (Vaikrá 19:3).

El Talmud (Kidushín 30b) explica que la Torá iguala a padre y madre tanto en el respeto como en el temor que un hijo debe tenerles. Sin embargo precede en el versículo la honra al padre por sobre la madre porque, por naturaleza, un hijo honra más a su madre que a su padre, a la vez que precede en el versículo el temor a la madre por sobre el padre porque, por naturaleza un hijo teme más a su padre que a su madre.

¿Cómo se logra el respeto y el temor de los hijos?

El respeto, respetando a sus hijos. Es decir, tomándolos en cuenta, escuchándolos, cumpliendo las promesas que uno le hace y manteniendo la propia palabra, no es no y si es si.

El temor, demostrando integridad. Es decir, advirtiendo que tras una mala acción vendrá un castigo y, si el hijo hace la mala acción, aplicando el castigo acorde a la transgresión, y, como ya explicamos en otra ocasión, dejando claro que el objetivo del castigo es la corrección del mal generado por la transgresión y no el dolor o la venganza por no haber obedecido.

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