Toda la Torá está atada en estas horas de cuero y cajas con sus pergaminos finamente escritos a mano.
Porque esa es la esencia de cada Mitzva:
Atar tu corazón, tu mente y tus acciones juntos en una única plenitud, atada inextricablemente con el Eterno, quién habló y el mundo fue llamado a existir.