Las palabras e historias de la Torá no son sino sus ropas; las enseñanzas dentro de ellas su cuerpo.
Y, como con el cuerpo, dentro de esas enseñanzas respira un alma que le da vida a todo aquel que las sigue.
Y dentro de ese alma respira un alma más profunda, transcendental, el alma del alma: Di-s mismo dentro de Su Torá.
Toma las ropas solas y tiene una cáscara vacía. Toma directamente el alma, o aún el cuerpo, y obtendrás nada. No son tomables; son sabiduría divina y tú eres un ser creado.
En lugar de eso, examina esas palabras e historias, dalas vuelta una y otra vez. Como ropas finas y joyas, pueden revelar la belleza de quien las viste, de manera que esas palabras e historias pueden guiarte a la divinidad que reside dentro de la Torá.
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