Solía ser que el alma luchaba contra el cuerpo, hasta que uno conquistaba al otro por la fuerza.
Entonces, El Baal Shem Tov enseñó un nuevo camino: El cuerpo, también, puede llegar a apreciar aquellas cosas que el alma desea.
En lugar de auto-mortificarse y ayunar, el Baal Shem Tov mostró a sus estudiantes el camino de la meditación y la alegría. Cada necesidad del cuerpo, enseñó, puede proveer un canal para llevar al alma.