Todos tenemos a nuestro animal adentro. El punto no es simplemente calmar ese animal, sino utilizar su poder; determinar qué tipo de animal es y qué puede hacerse con él.
Una oveja, por ejemplo, es fácilmente domesticada y no daña a nadie, mientras que un toro puede patear y cornear. Sin embargo, ¿alguna vez viste una oveja arar un campo?