Los días intermedios de Pesaj son un momento apropiado para reflexionar sobre las enseñanzas que nos deja esta festividad.
De hecho, nuestros sabios explican que debemos recordar la salida de Egipto todos los días y todas las noches de nuestra vida. Ahora bien, Pesaj es el momento principal del año cuando recordamos y revivimos ese fantástico éxodo, de manera que toda la fuerza y vivencias de Pesaj se expresan en el recuerdo diario del mismo evento, como si fuese Pesaj el barril de vino de donde extraen energía todos los días del año. Cuanto más lleno esté el barril inicialmente, más vino podrá extraerse a lo largo del año. Llenamos el barril meditando en las enseñanzas de ésta fiesta.
Más aún, Pesaj no es solamente una fiesta judía más, sino que es la primera fiesta del año (que empieza en el mes de Nisán que es el primer mes), la primera de las Tres festividades de Peregrinación a Ierushaláim y es el fundamento de las otras dos, Shavuot y Sucot, ya que Shavuot viene cincuenta días después de Pesaj y Sucot recuerda las cabañas en las que Di-s hizo morar al pueblo judío tras la salida de Egipto - Pesaj. Vemos de todo esto la gran importancia que Pesaj tiene.
La Torá nos cuenta la forma en que Di-s sacó al pueblo judío de Egipto, diciendo (Devarím 4:34): "¿O qué dios intentó tomar un pueblo de entre otro pueblo [...] como todo lo que hizo para ustedes Di-s, Su Señor, en Egipto frente a sus ojos?". Vemos que la Torá considera al pueblo judío dentro de Egipto como un pueblo propiamente dicho, con lengua propia, con tierra propia (la tierra de Goshen, donde vivían todos lo judíos en aquella época).
Nuestros sabios nos cuentan que si bien el pueblo judío se diferenciaba de los egipcios por sus nombres, sus ropas y su lengua, sin embargo, estaban hundidos en la impureza de la tierra, sumergidos en su idolatría, su mentalidad y demás costumbres locales ajenas a los Hijos de Israel.
Entonces Di-s saca a un pueblo de dentro de otro pueblo, Di-s libera al pueblo judío de la servidumbre egipcia haciendo de ellos sirvientes Suyos. Una de las formas modernas de ver esta redención es que el pueblo judío en general, viviendo entre los demás pueblos de la tierra, absorbe las costumbres y la mentalidad de los pueblos entre los cuales se encuentra, como los hebreos en Egipto. Hasta las idolatrías de los otros pueblos, es decir, los valores vanos por los cuales las diferentes sociedades de la tierra se sacrifican, llámese dinero, honra, poder, etc., son absorbidos.
Aprendemos de Pesaj que Di-s saca a cada judío de Egipto, lo arranca de esas mentalidades, costumbres y valores muy lejanos la Torá. Y la forma en que lo hace es haciéndonos sirvientes de El. En otras palabras, la forma de librarse de las imposiciones de la sociedad es entregándose al servicio a Di-s. De esa manera la persona adquiere la fuerza necesaria para no absorber del medio aquello ajeno la Torá y Di-s, y, más aún, la fuerza para cambiar, refinar y mejorar el mundo entero.
Que todos tengamos el mérito de vivir un Jag HaPesaj Casher veSameaj, una fiesta apropiada y alegre, y que podamos comer en este Seder de Pesaj de la verdadera ofrenda de Pesaj, en el Tercer Templo, con nuestro Justo Mashíaj.