El otro día alguien me preguntó qué opinaba de la reducción de congregantes en los servicios religiosos (en general, no sólo del judaísmo). Yo respondí que en el judaísmo se ve lo opuesto, hay un incremento en la gente que se acerca a la Torá para aferrarse a nuestras tradiciones milenarias y eternas.
Es interesante notar que, en la sección Kedoshím (una de las de esta semana), hay un versículo que prueba esta idea. Es en Vaikrá 20:22, donde dice: "Y cuidarán todas mis reglas y todas mis leyes y las harán, y no los expulsará la tierra a la cual Yo los llevo para asentarse en ella". Esto se refiere a la Tierra de Israel, que por su santidad elevada "no soporta" cuando el pueblo judío no respeta las leyes de Di-s y los "expulsa".
Toda persona sabe que hace unos 150 años comenzó un masivo retorno de judíos a la Tierra Santa. Ahora bien, si el pueblo judío no estuviese retornando a sus raíces (y simplemente se estuviese mudando de lugar), la Tierra los hubiese vuelto a expulsar (como lo hizo por tantos años, donde el asentamiento judío en la Tierra de Israel fue tan golpeado y reducido).
Esta es una muestra sencilla de la veracidad de la Torá (a través del cumplimiento de sus profecías) y de la mejora global en el estado espiritual del pueblo judío.
Que rápidamente tengamos el mérito de dar el último paso para la venida de nuestro justo Mashíaj, ¡ya!.