La sección de esta semana se llama Lej Lejá, Vete. Di-s le dice a Avraham (que todavía se llamaba Avram) que debe irse de su casa hacia la tierra que El le va a mostrar. Con este mandato comienza, por así decir, la historia del pueblo judío. Obviamente, muchos años iban a transcurrir hasta el nacimiento del pueblo propiamente dicho en la Entrega de la Torá, pero con esta comunicación de Di-s a Avraham, es que comienza la historia.

Ahora bien, es sabido que la Torá no es (solamente) un libro de historia. Más aún, si de historia se tratase, ¿qué pasó con la vida de Avraham hasta esta parashá? Avraham tenía setenta y cinco años cuando Di-s le dijo Lej Lejá...

Está claro que debemos extraer alguna enseñanza para la vida cotidiana de la historia de Avraham. Más aún, por eso mismo fue registrada. Es una discusión entre nuestros sabios si la Torá habla esencialmente de éste mundo e indica asuntos en los mundos superiores (que son vigentes aún si la historia relatada ya pasó y nunca va a volver a pasar) o si la Torá habla esencialmente de los mundos superiores e indica, a través de la forma en que el texto fue dado, asuntos sobre éste mundo. Desde la perspectiva mística, está claro que la Torá ni siquiera está hablando de Avraham, sino de asuntos sumamente sutiles y elevados.

Aún así, aunque la Torá esté hablando de esferas celestiales y niveles sublimes de revelación divina, siempre queda vigente la pregunta que toda persona debe hacerse cuando estudia Torá, tanto la porción simple (Pshat en hebreo) como lo esotérico: ¿Qué me enseña esto a mí?

Una posible explicación: Di-s le dice a Avraham el siguiente mandato: "[...] Vete de tu tierra, del lugar donde naciste y de la casa de tu padre, a la tierra que Te mostraré" (Bereshit 12:1). En hebreo tu tierra se dice artzeja, el lugar donde naciste moladeteja y la casa de tu padre beit avija.

El comienzo de la relación del hombre con Di-s es dejar "tu tierra", es decir, tu mundanidad, tu ordinariez (artziut, en hebreo). Luego debes dejar de lado "el lugar donde naciste", es decir, aquellos asuntos a los que estás acostumbrado, superar las circunstancias bajo las cuales naciste y crecer. Es común escuchar a la gente excusarse de cumplir con algún precepto porque "No nacieron religiosos", o "No están acostumbrados". Desde el momento en que la persona gana conciencia de que tiene una relación con Di-s, debe saber que la forma de desarrollarla es superar sus propias costumbres.

El siguiente paso consiste en dejar "la casa de tu padre". Esto simboliza el intelecto de la persona (en la sabiduría de la Cabalá, padre simboliza el nivel de Jojmá, sabiduría), o sea, los asuntos que a tu parecer son correctos o incorrectos. Esto debe ser dejado de lado, ya que el intelecto Divino es infinitamente superior al humano y no es posible comprender los designios divinos.

Por último el versículo termina diciendo "a la tierra que Te mostraré": los niveles de desarrollo personal a los cuales puedes llegar a través de estos trabajos son tan elevados que ni siquiera son comprensibles desde donde estás parado, ni puede imaginarte hasta dónde puedes llegar, simplemente es algo que "Te mostraré".

Que Di-s nos de la capacidad de despertar y que la utilicemos, para reconocer que tenemos un potencial invaluable dentro nuestro, esperando para ser utilizado.

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