La sección de esta semana se llama Nasó (cuenta). Di-s continúa mandando a Moshe a contar a los hijos de Levi, una de las doce tribus del pueblo judío.

Nuestros sabios dicen que siempre leemos la sección Bamidbar (de la semana pasada) antes de la fiesta de Shavuot (que ocurrió esta semana). Se desprende que siempre leemos la parashá Nasó después de Shavuot, siendo Nasó la parashá siguiente a Bamidbar. Obviamente, debe haber alguna relación, no sólo entre la sección Bamidbar con la Entrega de la Torá, sino también de Nasó, nada es casualidad...

Nuestros sabios explican que uno de los asuntos más importantes de la Entrega de la Torá es la unión de lo espiritual con lo material. Antes de que fuese entregada la Torá, el concepto de Mitzvá como mandato Divino ya existía, como Di-s le dijo a Avraham que se circuncide, y le transmitió al pueblo judío ciertos preceptos (como el Shabat y las leyes económicas) aún antes de la Entrega de la Torá. La novedad de Shavuot es que a cada uno le fue dada la capacidad de unir el mundo material con el espiritual, en otras palabras, de imbuir santidad en lo mundano, de traer a Di-s a la tierra a través de la observancia de Sus preceptos.

Ahí es donde llega la parashá de esta semana. Nasó no quiere decir solamente cuenta. Cuando Di-s manda a Moshe a contar al pueblo, le dice, literalmente, “eleva”, o sea, que eleve la cuenta del pueblo y vea cuántos son. Pero, desde una visión más profunda, elevar quiere decir levantar algo que está bajo. El texto de la parashá dice, de acuerdo a esta nueva lectura, “Eleva las cabezas”, en lugar de “cuenta las cabezas”. Esta idea de elevar las cabezas significa, entre otras cosas, elevar el nivel espiritual del pueblo judío. Por supuesto, la elevación y refinamiento de “la cabeza”, lo intelectual, se logra a través del estudio.

Jasidut explica que hay una relación muy fuerte entre el intelecto de una persona y sus emociones, de manera tal que el intelecto gobierna y desarrolla las emociones. La idea de elevar la cabeza, entonces, está directamente relacionada con la elevación y el refinamiento de las emociones.

La Entrega de la Torá, entonces, es el paso previo a que podamos, a través de su estudio, elevar nuestra cabeza, nuestro intelecto en la comprensión de lo que Di-s nos permite conocer de El a través de Su Torá, para que podamos, en consecuencia, elevar nuestras cualidades emocionales y ser mejores personas, para revelar la presencia Divina en la Tierra y hacer de un espacio mundano, uno santo.

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