Cierta vez un hombre vino a visitar al Maguid de Mezritch. Estaba sumamente sorprendido cuando vio cuán vacía estaba la casa del Maguid. Apenas si había algún mueble; las mesas, sillas y camas estaban hechas de simples tablas de madera o leña. El hombre no pudo contenerse y le preguntó al Maguid por qué la casa estaba tan vacía.
El Maguid respondió: "¿Y dónde están tus muebles?"
"En mi casa, por supuesto".
"¿Por qué no tienes ninguno contigo?," continuó el Maguid.
El hombre miró al Maguid sorprendido.
"Estoy en un viaje de negocios ahora. ¡Con seguridad, una persona no necesita de sus muebles cuando está en medio de un viaje!"
El Maguid sonrió. "Yo también estoy en un viaje. Este mundo y todas sus posesiones son solamente temporarias".
Iaacov le estaba mandando el mismo mensaje a Eisav. Él envió mensajeros a Eisav, mandándoles a dar a su hermano regalos y decirle "Viví con Laban y me atrasé allí hasta ahora. Adquirí muchas posesiones - toros, burros, ovejas y sirvientes"
Rashi nos dice que la palabra "Viví" (garti, en hebreo) tiene un mensaje más profundo.
Las letras hebreas de la palabra garti son guimel, reish, taf y iud. Encontramos las mismas letras en la palabra tariag. Tariag es el equivalente al número 613, las 613 Mitzvot de la Torá.
El mensaje de Iaacov, explcia Rashi, era "Viví con Laban por muchos años, pero no fui influenciado por él. Observé las Mitzvot y viví mi vida de acuerdo a la Torá".
Las palabras garti y tariag no están conectadas solamente porque tienen las mismas letras. Hay otras palabras en hebreo que significan "vivir"
Iaacov podría haber usado otra palabra. Pero él eligió garti, que viene de la raíz guer - un extraño, una persona que sabe que no está realmente en casa.
Iaacov estaba diciendo que todo lo que había ganado mientras trabajaba para Laban - los toros, burros, ovejas y sirvientes - no era realmente importante. Todo el tiempo que vivió allí, era como un extraño, porque trabajar por estas cosas era lo más importante de su vida.
La verdadera vida de Iaacov se centraba en la neshamá - el alma. Todas sus posesiones eran las cosas con las cuales él vivía, no para las cuales vivía. Le estaba diciendo a Eisav: "Estoy preocupado por cosas que son permanentes, cosas que realmente importan".
Todo el tiempo que nosotros, hijos de Iaacov, estamos en el exilio, también somos extraños. Si bien podemos ser exitosos y prosperar, esto no es para lo que realmente vivimos. Como Iaacov, nuestras vidas deberían centrarse en nuestras almas. Esto es lo que realmente le importa a un judío.
Extraído de Please tell me what the Rebbe says.