La sección de esta semana se llama Vaishlaj, "Y envió". Se describe principalmente el encuentro entre Iaacov y Eisav, dos hermanos mellizos cuya relación se había quebrado veinte años atrás. Cuando Iaacov se iba a encontrar con Eisav, preparó una bienvenida desde varios puntos: preparó un regalo, hizo una plegaria a Di-s y hasta se preparó para la guerra.
Sin embargo, lo primero que hizo Iaacov fue enviar (de ahí el nombre de la parashá) un grupo de personas que fue a encontrarse con Eisav para ver en qué estado se encontraba. Ellos volvieron con el reporte que Eisav venía hacia él con cuatrocientos hombres armados...
La forma correcta de decir "enviados" en hebreo es shlujim, pero, en éste caso, la Torá dice malajím, cuyo significado literal es ángeles (ver Bereshit 32:4). Rashi, uno de los principales comentaristas de la Torá explica que aquí, Iaacov mandó "realmente ángeles" y por eso la Torá dice malajím.
Nuestros sabios explican que se pueden encontrar ideas fantásticas en los comentarios de Rashi, más allá de su ayuda a la comprensión del texto de la Torá. De hecho, uno de los asuntos más hermosos de la filosofía jasídica es que no se remite solamente a un aspecto de la Torá, como ser su significado simple (pshat), o las indicaciones alusivas (remez), las alegorías (drush) o los secretos místicos (sod), sino que, utilizando estos cuatro niveles de comprensión, el jasidismo muestra una nueva y más profunda dimensión de la Torá: cómo se aplica a la vida cotidiana en el acercamiento del hombre a Di-s. En otras palabras, el jasidismo utiliza todos los conceptos de la Torá para revelar la realidad divina en todas las cosas, de manera que el hombre se una a Di-s en todos los aspectos de la vida.
Siendo así, no solamente en el comentario de Rashi hay asuntos muy profundos, sino que en todos los comentarios e ideas expresados por los grandes rabinos aceptados por el pueblo judío a lo largo de las generaciones, hay enseñanzas prácticas para todos.
El Maguid de Mezritch, el principal discípulo del Baal Shem Tov, fundador del movimiento jasídico, tomó las palabras de Rashi sobre éste versículo ("realmente ángeles") y explicó que Iaacov mandó "la realidad" de los "ángeles", es decir, su materialidad mientras que la espiritualidad de los ángeles se quedó con Iaacov. Ahora bien, es difícil decir que Iaacov separó a los ángeles en cuerpo y alma y mandó hacia Eisav solamente el cuerpo, por lo que la explicación de las palabras del Maguid es que, aún estando con Eisav, los ángeles tenían su "alma" unida a Iaacov.
Esta explicación tiene un simbolismo muy interesante para nosotros: Eisav representa el mundo a nuestro alrededor, con todas las dificultades y conflictos que encontramos. Iaacov simboliza a Di-s, quien "manda" ángeles, es decir, nuestras almas, hacia Eisav, para refinarlo y trabajar con él para un futuro encuentro, cuando el mundo esté listo para la venida de Mashíaj y la revelación de la esencia de Di-s.
Pero para que los ángeles puedan realmente afectar a Eisav (o sea, para que cada uno de nosotros podamos refinar el mundo que nos rodea) debían estar unidos a Iaacov, sus almas, su espiritualidad, su enfoque, debía estar con Iaacov. Esto significa que la única forma en que podemos refinarnos a nosotros mismos y al mundo a nuestro alrededor es estar unidos a Di-s, con el enfoque en El. Mientras nuestra espiritualidad esté desperdiciada en pasiones inútiles y nuestra fuerza enfocada en los valores de la sociedad (el dinero, el poder, la belleza, etc.), no sólo no vamos a poder modificar el mundo, sino que, al revés, Di-s libre y guarde, el mundo nos va a afectar a nosotros...
Nuestra fuerza como pueblo y como individuos de un pueblo, una fuerza para educar a nuestros hijos en Torá y Mitzvot, fuerza para fundar comunidades donde la misericordia y la ayuda al prójimo sean moneda corriente, fuerza para refinar y elevar el mundo entero, está en nuestra conexión con Di-s, la cual logramos a través del estudio y la observancia de los preceptos de la Torá.